jueves, 27 de marzo de 2014

¡Ayuda!

¿Cómo es que llegué aquí?

¡Ah! Comencé una interminable búsqueda en Internet sobre como superar una ruptura amorosa: "7 pasos para superar a tu ex", "La manera de superarlo", "10 tips para superar a tu ex!", "5 rituales para superar a tu ex", "Cómo superar a tu ex con dignidad", etc, etc, etc.

Y no logre identificarme realmente con ninguna de esas páginas. ´

Ahora, no es que yo sea una erudita o que tenga la receta perfecta para hacerlo ni mucho menos. Pero no puedo sentirme identificada con ninguno de los "tips" o "consejos" cuando pretenden encasillar las relaciones y pretenden encasillarnos a todos, uno es el malo y el otro el bueno. Uno es débil y está sufriendo más que el otro.

Pero aún no pude encontrar una que explique realmente por lo que uno pasa. Todas quieren hacerlo ver fácil, simple, quieren resumir lo que para algunos de nosotros es una maratón en tan solo 7 pasos. Pero "¿Por qué escribes sobre esto Priscilla?" "¿Por qué no escribir de moda, de fotografía, de canciones, de libros o de comida?"

Déjenme contarles mi historia.

Siempre fui una chica normal, y por normal quiero decir promedio. Nunca destaque en el colegio, nunca fui la mejor deportista, la mejor estudiante (excepto en primaria), la más alta, la más delgada, la más bonita. Fui una muchacha que muchas veces pasaba desapercibida. Pero siempre fui alguien que soñaba con el día en el que llegara aquel muchacho que se enamoraría de mi al instante. 

Nunca sucedió. Esa idea de romanticismo que nos imprimen en la cabeza desde pequeñas (gracias Disney) se hizo cada vez más fuerte en mi. Enamorarse terrible y desesperadamente de alguien. Dar absolutamente todo de una, sacrificarlo todo. Esperar dormida hasta que un príncipe venga y te despierte con un beso y a partir de ese día comenzar a vivir realmente.

El tiempo paso y entre gustos y relaciones que duraban 3 semanas de pronto estaba en quinto de secundaria y me enfrentaba, con 16 años, a tomar la decisión sobre que era lo que quería hacer por el resto de mi vida: ¿Doctora como mi papá? ¿Administradora como mi hermano? o de repente ¿Ser arquitecta? No. ¡Voy a ser Ingeniera Biotecnológica! 

Quinto año de secundaria fue un año que recuerdo con mucho cariño. Conocí a mis mejores amigas, me divertí como nunca y por fin entraba a la universidad:

¡Ya soy grande Webona!

Durante ese primer año de universidad no logré encontrar mi lugar. Me sentía muy deprimida. Sentía que había tomado una mala elección con respecto a mi carrera. Pero mis ganas de no decepcionar a mis papás fueron más grandes así que me tragué los reclamos y termine el primer año con algunas dificultades pero lo hice. 

¿Recuerdan que leyeron sobre ese deseo de pertenecer a un cuento de Disney? Nunca desapareció.

Fue en mi segundo año de universidad en el que por fin ese sueño, esas historias en mi cabeza se hicieron realidad. Lo conocí sin querer, sin buscarlo, sin intentarlo. Lo conocí un día normal. No hubieron manzanas envenenadas, ni desmayos, ni fuegos artificiales. No hubo amor a primera vista, ni siquiera hubo gusto a primera vista, no hicimos "click". No hubieron charlas bajo la luz de la luna, ni frases cursis. 

Pero sí hubieron charlas hasta la madrugada en donde encontramos muchas cosas en común. Desde nuestras familias hasta nuestra preferencia por la comida vegetariana. Para mi esas coincidencias eran MI cuento de hadas. Para él eran simplemente eso, coincidencias. Pero así como habían cosas en común, también habían cosas que no soportábamos el uno del otro. 

Nuestra relación tuvo sus altas, tan altas como el Everest, y sus bajas, tan bajas que parecía que nadie nunca nos iba a poder sacar de ese lugar. Nuestra relación fue intensa, esa intensidad que solo puede ser entendida y descrita por alguien que la ha vivido. Intensa y poderosa. Esa era nuestra relación. Hubieron días en que podíamos construirlo y creerlo todo y hubieron otros en que destruíamos todo a nuestro paso. Incluyéndonos. 

Nos hacíamos terriblemente felices, y nos hacíamos terriblemente miserables. Nos amábamos como nunca habíamos amado a alguien y nos odiábamos como nunca habíamos odiado a alguien. Teníamos metas, sueños y planes, y a veces no sabíamos ni siquiera hacia donde íbamos. 

Y en esta historia no hay malos ni buenos. No hay villanos. Sólo somos dos personas que luego de 3 años de relación decidieron que lo mejor era seguir caminos separados. 

Es aquí donde comienza mi Blog. 4 días después del final.





No hay comentarios.:

Publicar un comentario